9/11/2008

Atento a los vestigios de lo que fue

Es uno de mis rincones favoritos de Madrid. La pequeña calle de la Almudena.

Bajando por la calle mayor desde Sol, por la acera de la derecha, casi al llegar al palacio, está este pequeño callejón. Lo usa muy poca gente, porque es casi como dar un rodeo, y quien pasa por allí siempre tiene prisa por llegar al palacio.

En esa pequeña calle, donde el sol apenas tiene poder, donde el tiempo tiene un remanso donde tomarse un respiro, hay una 'pecera' dentro de la cual se pueden ver los restos de una antigua iglesia madrileña.

Una templo en el que seguramente se refugió más de un rufián huído de la justicia y donde algún sacerdote doctrinario y severo ejerció su ministerio. Un templo que fue.

Sobre la barandilla que rodea los restos hay siempre un anciano apoyado, atento a lo que ve, quizá preguntandose si no será el de aquellos tiempos. Preguntándose, si el bronce se hace preguntas.

Me encanta llevar a mis amigos extranjeros a dar paseos por Madrid, contarles leyendas, los porqués de las cosas, de los nombres de las calles... Una vez llevé a mi amigo Giuseppe y a unos amigos suyos por esta calleja.

Era bien entrada la noche, cuando Madrid se vuelve brujo y encantador, casi como si fuera sólo para uno mismo. Había tres chicas en el grupo. Al llegar a la esquina les dije: "pasad primero, pero tened cuidado con el viejo" no me creyeron.

Supongo que pensaron que les tomaba el pelo, que intentaba asustarlas (cosa que intentaba) así que salvaron la esquina muy resuelta. Supongo que algún vecino se removió en la cama intranquilo cuando oyó su grito... Nos reímos mucho.

Otro día os cuento más cosas de ese paseo.

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1 Comments:

At 12:56 p. m., Anonymous Anónimo said...

muy bonito tu post, me ha calado hondo , ese era mi barrio hasta hace 8 meses , ahora vivo en sevilla y mantengo un blog nostalgico , te invito a verlo
http://erblodelaehme.blogspot.com/2008/04/me-presento.html

 

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